jueves, 12 de noviembre de 2015

TEMA LIBRE: “¡JUGUEMOS A LA BOLA!”

Salta (Luz Díaz) - Un poco de historia


Es el día de acción de gracias de 1887 en Chicago. Un grupo de jóvenes reunidos en el Club de Botes Farragut observan atentos el partido de futbol entre Harvard y Yale. Las apuestas van y vienen. Yale, finalmente sale victorioso y comienza el festejo. Uno de los chicos le arroja a otro un guante de boxeo. Sorpresivamente, este se lo devuelve golpeándolo con un palo de escoba.

George Hancock, reportero del “Chicago Board of Trade”, ve la situación y se da cuenta que ha llegado el momento de divertirse un poco. “¡Juguemos a la bola!”, grita, mientras ata con sus cordones el guante de boxeo formando una bola. Con tiza, dibuja un diamante en el suelo y rompiendo una escoba, decide formar un bate con el palo. Forma dos equipos y los invita a jugar… Es el momento señoras y señores, se ha creado el primer partido de “Softball”.

Todos los allí presentes se divirtieron tanto que volvieron a reunirse días más tarde. Con una bola de gran tamaño y un palo de caucho inclinado, Hancock volvió al gimnasio a pintar líneas blancas, esta vez permanentes. Escribió algunas reglas especiales, y decidió darle el nombre de béisbol bajo techo. Durante el invierno se difundió mucho, y en primavera se practicó tanto en sitios cubiertos como en el exterior.

También apareció en 1895, en Minneapolis, un juego parecido. Lewis Robert intentó adaptar el reglamento del béisbol dentro del cuartel de bomberos, donde trabajaba, para pasar el rato libre.

Las ligas empezaron a formarse y la construcción del juego se expandió. En ese tiempo este fue conocido como “kitten league ball”, el cual fue acortado a “kitten ball”, y posteriormente adopto los términos de “diamond ball”, “mush ball” y “pumpkin ball”.

En 1900 ya se había hecho tan popular que se formó la primera liga de Softbol de los Estados Unidos, se crearon asociaciones, y en 1933 se le dio el nombre definitivo de Softbol con las reglas que actualmente rigen el deporte.

El turno de las mujeres

Un poco por machismo y otro poco por falta de costumbre, las mujeres tuvieron que esperar ocho años para ser protagonistas del softbol.

El primer equipo oficial de softbol femenino se organizó en Chicago en 1985. Pero no tuvo un entrenador hasta 1989 y había poco interés por parte de los espectadores. Esta actitud cambió rápidamente en 1904 cuando la “Spalding’s Indoor Baseball Guide” ofreció toda una sección sobre el softball femenino.

En los primeros días de softbol femenino, se impulsó un lanzamiento lento porque se creía que un lanzamiento rápido podía romper los huesos de una mujer. Esta actitud acerca de la fragilidad de la mujer y el deporte se desvaneció con el tiempo, ya que las mujeres se volvieron expertas en el lanzamiento rápido.

¡Primero ellas!

El primer Campeonato Mundial a nivel internacional desarrollado en 1965 fue jugado por mujeres. Varios equipos femeninos de cinco países compitieron en Australia. Un año más tarde, debutaron los hombres en México en el primer Campeonato Mundial Masculino.

En 1991, el softbol en lanzamiento rápido femenino fue seleccionado como un deporte de medalla, en los Juegos Olímpicos de Verano de 1996, en Atlanta, Georgia.

Una alternativa de interior

El softbol originalmente ofrecía una alternativa de interior a los jugadores de béisbol que necesitaban mantenerse en forma y seguir practicando. El juego en interiores era preferible durante el invierno por las bajas temperaturas. Sin embargo, los campos de juego no eran lo suficientemente grandes para el béisbol profesional, que requiere una distancia de 90 pies entre las bases. Fue entonces, cuando el softbol hizo su aparición como un deporte independiente.

El softbol llega a nuestro país

La Federación Argentina de Softbol nació en el año 1960, como una iniciativa para independizar el deporte del Béisbol, ya que los destinos de ambos deportes estaban regidos por aquel entonces por la Federación Argentina de Béisbol y Softbol. Esta inquietud surge debido a que esta última Federación no le daba importancia al Softbol, y se concentraba más bien en el Béisbol, que tenía actividad más fuerte.

Por eso se generó la separación de la institución. A partir de allí, la Federación Argentina de Softbol empezó a tener vida propia. Esto significó comenzar a buscar asociaciones que practicaran el deporte dentro de nuestro país, encontrando actividad en Paraná, La Pampa y Bahía Blanca (además de Buenos Aires, que es donde se produjo el nacimiento de la Federación).

Con esas cuatro Selecciones, la Federación organizó el primer Campeonato Argentino Masculino Mayor, que se jugó en Buenos Aires a fines del año 1960. A partir de ahí, nació el compromiso de ir organizando periódicamente los Campeonatos Argentinos de Selecciones y gracias al trabajo de los dirigentes del interior del país se fueron sumando otras federaciones.

El desarrollo del softbol continuaba, con lo que surgió la necesidad de promover  el softbol femenino. Así fue como se iniciaron los Campeonatos Argentinos de Selecciones, también en femenino.

Finalmente, se hizo llegar el deporte a los más pequeños, creando los Campeonatos Argentinos Juveniles, tanto de hombres como de mujeres.

Una vez que el softbol se había consolidado como deporte a nivel nacional, se hizo indispensable dar un paso más allá, y buscar la expansión a nivel internacional.

Luego de los Juegos Panamericanos de 1983, Argentina fue al Campeonato Mundial de 1984, en Midland, con una participación muy honrosa, con lo cual nuestro país ya estaba encaminado a buscar horizontes más amplios para el deporte.

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