Salta (Luz Díaz) - Brenda Carter tiene 25 años. Es
dirigente y árbitro nacional del softbol, jugadora de Atléticos y amante de
todos los deportes. En dialogo con ella nos cuenta cómo fue su trayectoria en
el mundo del softbol, como se desarrolla en Salta y algunos puntos a tener en
cuenta a la hora de practicarlo.
NOMBRE
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Brenda
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APELLIDO
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Carter
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FECHA DE NACIMIENTO
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5 de Julio de 1990
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EDAD
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25 años
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PROFESIÓN
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Arbitro Nacional de Softbol, jugadora de
Atléticos y locutora de “A puro
softbol”
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¿Cuántos equipos hay actualmente en
Salta?
Hoy por hoy, la Liga está formada por 7 clubes femeninos: Cachorros (Azul y Rojo), SantAna, Ups (Unidos Por el Softbol), Bravos, Atléticos e Infernales, que se incorporó hace poquito a nivel femenino. En lo que es el softbol masculino están Infernales, Infernales Medias Negras, Cachorros, Atléticos, Sureños, Bravos y Juventud, que también se formó hace muy poco.
Sí.
El softbol masculino vendría a ser el softbol lento y el de las mujeres el
softbol rápido. Son diferentes formas de juego en cuanto al movimiento. El
reglamento también es distinto.
¿Hay límites de edad?
En
cuanto al mínimo se decretó que desde los 12 años en adelante ya se lo puede
practicar, y en cuanto al máximo no hay un límite. Mientras la persona tenga
las condiciones físicas puede seguir jugando. Igualmente este año se cambió un
poco eso. Si bien no hay problema con la edad, sí tratamos de preparar más
chiquititas para que a medida que vayan creciendo estén más preparadas. Necesitamos
un semillero. La mayoría de las jugadoras más grandes son madres o tienen otras
responsabilidades, por lo que se les hace más difícil ser constantes. Además el
rendimiento tampoco es el mismo. Por eso decidimos comenzar a incorporar a
nenas de 9 o 10 años que quieran jugar. La Liga nunca fue muy exigente en el
sentido de controlar edades pero si se tiene un cuidado especial con las más
pequeñas para que no suceda nada.
A
nivel profesional tampoco hay un límite. Pero en las grandes ligas cuando se
trata de formar chicas, arrancan buscando entre 16 y 17 años o dependiendo de
la temporada se elige un cupo, de por ejemplo, entre 15 a 20 años.
¿Cuántas jugadoras debe tener cada
equipo?
Para
que el equipo este bien conformado se necesitan 15 a 20 chicas. Es un deporte
en el que te cansas mucho y se requieren continuamente cambios. Te podes lesionar
los codos, las piernas o los hombros. También es muy dinámico, lo que hace que
de estar parado y quieto un rato pasas a tener que correr. Ese es uno de los
motivos de lesiones y desgarros, sobre todo en invierno.
¿Cuántos campeonatos se juegan por año?
Lo
que es a nivel local el campeonato no se termina. Arranca en invierno, se
descansa un mes y se juega todo el verano. El 15 de este mes ya se termina la
ronda de lo que es la Liga Salteña, pero no se corta por periodos, se juega
constantemente. Después de las fiestas, ya comienzan nuevamente los torneos.
Fuera
de Salta, las chicas también participan en interregionales. Justamente, la
semana próxima UPS viaja a Cochabamba, Bolivia.
¿Cómo son los entrenamientos?
Eso
lo maneja cada club. Por ejemplo, se puede entrenar toda una semana haciendo:
lunes, bateo; martes, carrera y tiempo; miércoles, campo y lanzamiento; o se
puede ir variando las diferentes técnicas tres días a la semana, alternando con
partidos.
Lo ideal es que no, que cada una ocupe todos los puestos. Más allá de que hay características físicas que las favorecen para ocupar ciertas posiciones, una misma persona no puede estar de cátcher las tres horas de un partido. También pasa que el equipo viaja, se lesiona una jugadora y si no hay una suplente en esa posición, las otras chicas tienen que estar listas para salir en su lugar. Por eso que todas aprendan todo es lo ideal. Es importante cambiar la idea de que si sos alta vas al fondo. Ese cambio es necesario, tanto en los entrenadores como en las jugadoras que a veces creen que por cambiar de lugar están robando un puesto.
¿Se debe tener algún tipo de cuidado a
la hora de practicar el softbol?
Si,
cada jugadora debe tener la protección reglamentaria: cascos que cubran ambas
orejas, la careta, canilleras y el bucal. Se protege mucho la cabeza del
jugador
¿Y en cuanto a la alimentación?
No,
porque no hay una exigencia en cuanto a la altura y el peso. Pero obviamente
que todo va a depender del rendimiento que tenga el jugador y de sus objetivos.
Con respecto a vos, ¿Cómo empezaste?
Mirando
de atrás de un alambrado. Me moría por jugar el deporte desde chiquita pero por
una cuestión económica no podían comprarme los elementos. Entonces, comencé a
jugar en el patio de mi casa con amigos de la cuadra. Las pelotitas, encintadas
con una bolsa, eran de papel y trapo y el guante era una gorra. El bate eran
los palos de escoba. Me acuerdo que mi mamá nos quería matar porque le
agarrábamos la escoba y no aparecía más. (Se ríe).
Comencé
a practicar el deporte desde los 11 y de ahí no lo deje más. ¡Es algo que amo!
Me permitió conocer y compartir con gente muy especial. Tuve la oportunidad de
practicar otros deportes, pero nunca viví el mismo cariño que hay en el entorno
del softbol.
¿Cuándo decidiste ser árbitro?
A
los 20. Primero jugué para Cachorros hasta que el club se comenzó a dividir. De
ahí estuve 3 meses sin jugar porque era difícil salir de un lugar al que
estabas acostumbrado para pasar a formar parte de otro grupo totalmente distinto.
Todo cambia y es volver a empezar de nuevo. Fue ahí que comencé a prepararme
para el arbitraje. Viaje, me fui perfeccionando y en la sede de la AASB
(Asociación de Árbitros de Softbol), en Buenos Aires, aprendí muchísimo.
Volví
y fui parte de Panteras. Pero al poco tiempo, Panteras se desarma. Pasaron dos
meses y de ahí pase a jugar en Atléticos. Ya hace dos años que estoy ahí y
ahora también simpatizó con Santana. Son unas chiquitas impresionantes que tienen
mucha motivación por seguir creciendo.
¿Qué proyectos tenés a futuro?
Seguir
con esto. Seguir haciendo este hermoso deporte que me llena el alma. Invitar a
todos a que lo conozcan porque muchos te preguntan y qué es el softbol. Uno lo
asocia al béisbol para que se entienda pero las reglas son totalmente
diferentes, además de que no hay béisbol femenino, a excepción de los
semilleros. Por otro lado, también me estoy perfeccionando en el arbitraje a
nivel internacional. Como jugadora y como dirigente, tratamos de sacar a flote
este deporte y cuesta la mayoría de la gente tiene la mentalidad en el futbol.
Acá tenemos el club de Popeye, Fox, Cachorros y Atleticos, y bueno ahora el
Parque Bicentenario. Pese a que la cancha es de beisbol
¿Cómo ves hoy al softbol femenino en
Salta?
Hoy
te puedo decir que creció muchísimo. Obviamente que no es reconocido como en
Buenos aires, por ejemplo, donde hay un nivel increíble. Aquí medianamente se
la va remando. Cuesta muchísimo porque es un deporte poco conocido y no hay
mucha entrada económica como para tener una ayuda a crecer con este deporte.
Sin embargo, se está haciendo más conocido gracias al programa de radio que
tiene la liga, “A puro softbol”, y
por la difusión en las redes sociales, a través de la página de Facebook de la
Liga salteña de Softbol y de los distintos clubes. También, pegamos algunos
afiches en el parque Bicentenario haciendo promoción.
¿Qué sentís que le falta al deporte en
Salta?
Mas
difusión para que siga creciendo. Incentivar a las personas a que conozcan más
este deporte. En cuanto a lo que es equipamiento, cada club y cada uno se lo
banca en la medida que puede. El bate, los guantes, las pelotas, los spy, (botines
diferentes a los de futbol) y el equipo de cátcher se sustenta con rifas y
festivales.
Por
sobre todas las cosas, ganas. Ganas, compromiso y constancia. En cuanto a los
elementos, los vas consiguiendo de a poco. Lo más lindo del deporte es la
satisfacción de poder practicarlo y hacerlo dando lo mejor. Más allá de ganar o
no, te divertís mucho en el campo.
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